lunes, junio 04, 2007

Decepción.

Vivimos en una sociedad llena de reglas tontas, y a veces una sola de ellas es suficiente para tirar a la basura todo por lo que has trabajado. Tus méritos no se miden en base al esfuerzo que pongas al hacer las cosas y ni siquiera en base a que el resultado sea el adecuado, sino en el hecho de que tu comportamiento sea socialmente aceptable.

Todas las horas que he invertido en aprender más sobre computación, mejorar mis técnicas de programación, desarrollar aplicaciones no valen absolutamente nada en el mundo exterior. Lo único que le interesa a la gente allá afuera es que tengas un pedazo de cartón que tenga escrito algo como ingeniero en ... o licenciado en ... incluso aunque seas un completo ignorante.

Y resulta que para que yo me gane ese pedazo de cartón tengo que cursar materias que tienen muy poca relación con el campo en el que me desempeño, porque a algún fulano se le ocurrió que tales asignaturas aderezaban muy bien el pedazo de cartón que se supone debo ganar. Entonces me veo en la penosa necesidad de cursar una materia llamada Física I que para lo único que ha servido es para estorbar en el avance de mi carrera.

Mucha gente dirá: pero... ¿si te piden hacer una aplicación para hacer cálculos físicos?, pues entonces consigo la información necesaria, que para eso están Internet, las bibliotecas y los profesionales en la materia, o es que acaso creen de verdad que voy a recordar perfectamente mis clases de la universidad cuando este haciendo una aplicación de ese tipo.

Y lo peor del caso es que yo se física, no es que me hallan aplazado por ignorante sino porque no soy capaz de apegarme a sus reglas. No les basta forzarme a aprender cosas que tienen gran prioridad en utilidad sino que además quieren que lo haga a su manera y de la forma que a ellos les gusta.

En lugar de hacerme perder el tiempo con estas cosas deberían de enseñarme cosas útiles de verdad, y no los simulacros de instrucción que dan. O acaso les parece a ustedes productivo un profesor que le regala la nota a sus alumnos porque el otro profesor malo lo ha puesto todo muy difícil, cuando son cosas elementales que cualquier profesional en la materia debería de conocer a la perfección.

Realmente me da asco el mundo en el que vivo.

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